Unos días atrás, Libertad bajo Palabra publicaba lo siguiente en referencia al incremento salarial: «Todavía, en el colmo del cinismo, el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) dice que peleará a muerte un buen aumento, cuando sabemos que este no rebasará el tres por ciento; vaya desfachatez, si el aumento de la gasolina y la inflación de la canasta básica pulveriza el pírrico aumento salarial en un instante».
Pues ahora se sabe que la simulación de negociación entre SNTE y SEP ya dio resultados, y efectivamente, éste se queda atorado en 3.5, mucho menos que el del año anterior que fue de 3.15. Pero para que el golpe no se sienta tan duro, la SEP, junto con las autoridades hacendarias, otorgaran un bono único de cuatro mil 394 pesos para los docentes de educación básica de todo el país.
Lo triste del caso es que, en lo que va de la presente administración federal, los más de 1.2 millones de trabajadores de la educación, tanto de educación básica como de educación media superior y superior, afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), no han alcanzado un incremento directo salarial superior al tope establecido para el aumento en las percepciones mínimas, incluso no ha superado el 3.5 por ciento desde hace tres años. Vaya líderes de papel del SNTE.
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