El que quiera ver deshonestidad en Andrés Manuel López Obrador se la va a ver, aunque no se tengan pruebas sólidas. Para algunos acusar a López Obrador es una estrategia que les rinde dividendos, para otros es un deporte ocioso, para otros, los peores, es una patología que ni siquiera ellos pueden controlar. Los videos de Eva Cadena, si se analizan con objetividad, no vinculan en nada a Andrés Manuel con recibir dinero ilegal.
Es Eva Cadena quien los recibe motu proprio, es a ella a quien engañan en un principio y es ella quien desaforadamente acepta recibir dinero. Decir que ese dinero va directamente a los bolsillos de Andrés Manuel López Obrador es una falacia; decir que López Obrador tiene una red de recaudadores es una fantasía inicua de aquellos que envidian su estatura como líder.
¿Tiene defectos López Obrador? Claro: a veces es arrogante, obcecado, boquiflojo, demasiado confiado, tozudo. Pero deshonesto, eso no. ¿Usted cree que si fuera como Enrique Ochoa, como Peña Nieto o como alguno de sus maledicentes no se lo hubieran ya sacado? Pero sólo lo atacan con los errores de otros.
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