«Quien olvida su historia está condenado a repetirla». Esto lo dijo, ya hace muchísimo tiempo, Marco Tulio Cicerón, algunos otros reclaman la patria potestad de esta frase. Sin embargo, no nos extrañaría que este jurista, político, filósofo, escritor y orador romano sea el autor, ya que conocía perfectamente el sentir de la gente de la República romana. Los romanos de piso eran castigados por impuestos y saqueos de las autoridades, sin embargo, con un poco de pan y de circo volvían a depositar su confianza en ellos. Al parecer está situación está pasando en Banderilla.
Y es que después de la mala administración de Estaban Acosta y de su loca aventura de querer ser diputado, donde perdió de manera estrepitosa, ahora el presidente y su extesorero, Juan Manuel Rivera González, le apostaron a que el pueblo, con la feria y sus artistas —que por cierto termina el día de mañana— se olviden del mal manejo de los recursos y vayan a las urnas a refrendar el voto de quien vendrá a tapar los boquetes financieros que deja el actual presidente municipal.
Es necesario que el pueblo tenga memoria y recuerde que el síndico Ricardo Hernández Solano cuando suplió a Esteban Acosta encontró algunas irregulares, mismas que denunció como el presunto desvío de más de 24 millones de pesos destinados para la construcción de una cancha deportiva y el Teatro La Calera. Dichos recursos fueron destinados por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), sin embargo, se descubrió que no fueron aplicados.
Ahora si Esteban Acosta tiene los documentos donde pruebe que aplicó dichos recursos, pues sencillamente que los muestre, así de fácil. Por cierto, las obras que no se realizaron y de la que se dispusieron recursos públicos son: la construcción de un teatro en la antigua calera de Banderilla y dos unidades deportivas.
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