«Tengo miedo, lo confieso y si me quieren llamar cobarde no los culpo.
»Tengo miedo y si piensan que uno se anda buscando la muerte por hacer denuncias, entiendan: uno sale a la calle a ejercer su oficio y se encuentra con que en este país la justicia tiene un precio, la corrupción un rostro y el delincuente es autoridad y la autoridad es delincuente; y si lo sé y no lo denuncio, ¿no soy también yo un delincuente?
»Por eso, no quiero que lleven flores a mi tumba, sólo quiero vivir sin miedo.
»Atentamente: Un periodista con miedo.»
Semanas después recibí una amenaza del correo electrónico cigarro43@hotmail.com a nombre de un tal Javier Benítez Domínguez. Parte de esa carta amenazante decía:
«Feliz arranque de semana hijo de tu gran puta madre que hasta la fecha sigue esperando ver a su hijo triunfar o traer la bolsa llena de billetes y no cuentos de grandeza que solo son eso, cuentos. Y no vayas a salir con tu mamada “Tengo miedo, mucho miedo de morir con un platano en el culo, ya me llego la amenaza, y ya traigo el culo nervioso, deseo que ese dia llegue para morir feliz, aunque lo confieso tengo miedo como una quinceañera a la que por primera vez van a romperle el culo”..jajajajajaja» (sic).
Cinco años de la muerte de Regina Martínez y su muerte, a pesar de que el gobierno dijo haber atrapado al asesino material, sigue impune; cinco años de la muerte de Regina Martínez y los periodistas seguimos con miedo; cinco años de la muerte de Regina Martínez, y los mismos nombres siguen viniendo a nuestra mente; cinco años de la muerte de Regina Martínez y a pesar de ese miedo, seguimos escribiendo.