Pues nada de esto tiene Javier Duarte en su celda. Pero de momento se conforma con que lo dejen salir a platicar con los “Maras”, sus iguales, un colchón al que no se le salgan los resortes y un ventilador chino para aliviar un poco el aire viciado de la prisión. Esa fue la solicitud que hizo Duarte a las autoridades carcelarias de Guatemala.
¡Ay qué días aquellos, señor don Simón! Cuando tenías 100 empleados en Casa Veracruz para lo que dispusieras. Uno para rascarte la espalda, otro para curarte los sabañones, otro para alejar a soplidos el olor de tus flatulencias. Pero querías abundancia Duarte, y ahora te conformas con la plática de los “Maras”, un colchón sin resortes salidos y un ventilador.