Armando Ortiz / Eva Cadena acudió a la Fiscalía General del Estado a denunciar a los que le pusieron la trampa, pues considera que los verdaderos delincuentes son ellos. ¿Se imagina usted la denuncia ante el ministerio público?: “La señora Eva Cadena, ciudadana mexicana con domicilio conocido en Las Choapas, Veracruz, sostiene que unos vivales, conociendo su hambre de dinero, y de la manera más desalmada le ofrecieron 500 mil pesos, lo que le resultó demasiado apetitoso y ella, como el ratón tras el queso, aceptó el dinero, dejando claro que se lo entregaría a Andrés Manuel López Obrador. La señora Cadena refiere que ella no se dio cuenta que la estaban grabando, y eso no hubiera sido el problema, pues se considera fotogénica, el problema en si fue que los malvados hicieron público el video donde se advierte que recibe el dinero, pero no desde su mejor ángulo. La señora Eva Cadena sostiene que ya en su casa algo la hizo reflexionar, por lo que decidió regresar el dinero. La señora Cadena no puede decir a quién se lo regresó porque estaba muy atenta de que no la estuvieran grabando otra vez.”. De risa verdad, si ya lo decía el filósofo Chico Ché: “Qué culpa tiene la estaca, si el sapo salta y se ensarta”.
Eva Cadena, también merece abundancia
Eva Cadena llegó a la Fiscalía en Xalapa montada en un auto Mercedes del año. Tienen razón aquellos que señalan que no es delito ni pecado llegar en un auto Mercedes del año a la Fiscalía del Estado. Tampoco es delito llegar con chofer, bastaba más. Pero es de muy mal gusto, imprudente, incongruente y hasta estúpido, llegar en un auto de más de 800 mil pesos cuando medio México te ha visto en un video recibiendo dinero ilícito, cuando se te ha acusado de corrupción. Si fuera lista o estuviera bien asesorada, Eva Cadena debería haber llegado en taxi a la fiscalía a poner la denuncia en contra de los que la videograbaron; debería haber pedido a los periodistas presentes que le completaran lo de su pasaje. Pero hay personas que no entienden. Ya una vez la secretaria de Finanzas, Clementina Guerrero, en tiempos que pregonaba austeridad, llegó al Congreso en un Audi de más de 500 mil pesos y ya ven cómo le fue. A lo mejor Eva cadena también hizo sus planas de “Sí merezco abundancia, sí merezco abundancia”.
Gina Domínguez, la inocente; así también se declaraba Duarte
Se acuerda usted de las entrevistas de Javier Duarte en Televisa y en El Universal, hasta se le salían los ojos para dejar muy en claro que él era inocente, que no se había robado ni un solo peso, que sólo tenía dos casas de Infonavit y un auto que le regalaron. Javier Duarte echaba la culpa a sus malquerientes, esos amos de la perversidad que le tenían envidia por haber sido tan buen gobernador. Pues al parecer esa misma estrategia está siguiendo la señora Gina Domínguez Colío, quien se dice inocente hasta que le demuestren lo contrario, quien defiende que su patrimonio es escaso y que todo lo que se ha ganado ha sido con el sudor de su frente. Gina Domínguez le echa a culpa a Alberto Silva de las notas que se han filtrado, y es que, dice Gina, la naturaleza de Silva es siempre hacia la maldad. La pobrecita exvocera de Javier Duarte, durante tres años considerada vicegobernadora, se siente como adolescente en preparatoria a la que le hacen bullying. A ver si no corre la misma suerte que su gobernador, ese que también cantaba la canción del “yo no fui, yo te lo juro que yo no fui, son puros cuentos de por ahí, tú me tienes que creer a mí”.
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