La violencia en el norte del estado de Veracruz nos deja claro que esa zona es tierra sin ley. Nos llegan informes de compañeros reporteros de esa zona quienes advierten sobre la inseguridad que impera en la zona. El fenómeno de la violencia en esa zona pude deberse a muchos factores que incluyen al crimen organizado, así como la colusión de las autoridades con las bandas delictivas. Pero un factor que también coadyuva a un ambiente de inseguridad es el silencio, el silencio causado por el miedo que los delincuentes quieren propagar.
Es la sociedad la encargada de exigir a los gobiernos de los tres niveles, municipal, estatal y federal que la situación cambie. Lo sucedido en Tantoyuca, el asesinato de una maestra y un niño que habían sido secuestrados y por los cuales exigían dos millones de pesos de rescate, es el colmo de esa barbarie que viste de luto a sus pobladores.
La población exige que se detenga la violencia que implica la extorsión, el secuestro y los asesinatos. La población exige justicia y el gobierno está obligado a brindársela, porque de otro modo serán los pobladores los que busquen justicia por propia mano.
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