Esto significa que, de hallarse culpable, a Tomás Yarrington se le podría aplicar una pena que va de los 50 años en una prisión estadounidense, a cadena perpetua. Tomás Yarrington está acusado de narcotráfico y lavado de dinero. Esta situación extrema en la que se ve envuelto el exgobernador de Tamaulipas, lo podría obligar a ofrecerse como testigo protegido para disminuir su condena y obtener algunos beneficios.
Este es un riesgo para todos aquellos exgobernadores que tuvieron vínculo con los Zetas, y nos referimos particularmente a uno cuyo nombre quisiéramos olvidar, un exgobernador al que por cierto ya se lo tragó la tierra, porque hace semanas que no da señales de vida, nos referimos por supuesto al amado Tío Fide.