Jorge Díaz Bartolomé / A finales del año pasado, el H. Ayuntamiento de Xalapa inició los trabajos para rehabilitar la céntrica calle de Zaragoza, muy dañada principalmente por los trabajos que realizó CMAS en el 2015 para cambiar las tuberías antiguas en aquel llamado programa “Mejor Infraestructura del Agua” (Xalapa MIA).
La tendencia que existe en los centros históricos de México, es que su perímetro quede delimitado con características propias, dando preferencia al peatón, haciendo que las banquetas queden al mismo nivel que el arroyo vehicular, protegiendo al caminante con bolardos (no tan cerca uno del otro, como lo estamos viendo). Las calles en algunos casos deberán utilizar piedra brasa finamente labrada o cemento estampado, una señalética especial, nomenclatura uniforme que indique el nombre de la calle y como era conocida antiguamente, y de ser posible una placa que señale que suceso histórico aconteció en determinado sitio. Los permisos de construcción y remodelación deben ser muy estrictos, apegados a la reglamentación de una Zona de Monumentos.
En virtud de que a Xalapa le queda muy poco de aquel esplendor de principios del siglo XX, lo que la hace única es su trazo (de plato roto); la importancia de rehabilitar las calles y banquetas de dicho polígono es fundamental. ¿Pero qué beneficios podría traer estos cambios en el centro de la ciudad? La respuesta es la afluencia de visitantes que dejará con ello una mayor derrama económica para el comercio del centro, cada vez más golpeado por las bajas ventas.
El proyecto de Zaragoza continúa hacia Primo Verdad, y próximamente hacia la calle Enríquez cerrando con ello un circuito que hará definitivamente más atractiva la visita. Con lo que respecta a la primera cuadra de Lucio, se colocaron una serie de macetones, una idea llamada “Urbanismo Táctico ” del despacho danés Gehl Architects, contratado por el ayuntamiento como parte del programa Ciudades Emergentes que promueve el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A decir verdad desconocemos cuánto cobró dicho despacho, lo cierto es que la idea era concientizar y “acostumbrar” al peatón a los cambios planteados, algo que pudo realizarse sin la ayuda de despachos que desconocen la esencia cultural de las ciudades mexicanas, más si son tan antiguas como Xalapa; en mi opinión, no se tenía que recurrir a un despacho extranjero para analizar los requerimientos de un centro histórico.
La idea de ampliar la banqueta en la calle de Dr. Lucio no es nueva, en los años noventa el arquitecto José Torres Cházaro hizo la misma propuesta sin tener eco por parte del alcalde en turno. Una idea viable que tiene dos beneficios: la primera es retirar los autos estacionados, que en su mayoría son de personas que dejan su vehículo prácticamente todo el día y la segunda, que la banqueta sea más amplia, de esta manera el caminante pueda disfrutar con mayor plenitud el área destinada para él.
Vemos con buenos ojos los cambios que se están realizando en el Centro Histórico de Xalapa, pero también vemos que si la medida no la retoma la próxima administración municipal hacia otras calles, será definitivamente un trabajo en vano que sólo se verá en el futuro como un parche.
Comentarios