Luis Ortiz Ramírez / “¿Vives con tu familia? Bien, porque un hombre que no vive con su familia no puede ser un hombre.” En el laureado filme El Padrino, esa pregunta la hace Marlon Brando, quien interpreta a Don Vito Corleone, al actor Al Martino, quien hace el papel de Johnny Fontaner, un cantante que quiere ser actor. Y es que para el capo Corleone todo giraba alrededor de la familia, hombre que no mantenía a los suyos o no se preocupara por el bienestar de sus seres queridos, no podía tener buen fin. Al parecer para Javier Duarte la familia juega un papel importante.
No obstante de que su esposa, Karime Macías Tubilla, abandono a su suerte a miles de ancianos a lo largo del estado, jineteando y dejando de pagarles sus miserables pensiones que no rebasaban los 800 pesos. Karime queda impune a pesar de las evidencias presentadas por la fiscalía, donde aparece como el verdadero cerebro que inyectaba en la cabeza del flamante doctor en economía, las ideas para poder echar andar un verdadero consorcio de empresas fantasmas.
Resulta sospechoso el proceder de la PGR al no tocar ni con el pétalo de una rosa a una mujer que supo desde el principio que su único objetivo era esquilmar los recursos de más de 8 millones de veracruzanos.
La que también, no se queda atrás es María Cecilia de Ochoa Guasti madre del cordobés caído en desgracia, su progenitora también se prestó para ser parapeto de las propiedades de Javier Duarte, sus hermano Cecil Duarte de Ochoa, Daniel Duarte (está al frente de dos sociedades inmobiliarias constituidas en la Ciudad de Bilbao) ellos están hasta las manitas metidos en el estiércol de la ratería. Que no se nos olvide su prima incómoda, Córsica Ramírez Tubilla quien se enriqueció adjudicándose contratos millonarios y de Mónica Ghihan Macías Tubilla, a quien se señala como la presunta propietaria de los tres departamentos, de los cuales uno habitaba Duarte en la Torre Pelicanos, en Boca del Río.
También son señalados su suegra María Virginia Yazmín Tubilla Letayf, sus primos Alejandra y Jorge Fernando Ramírez Tubilla, su tío Jorge Ramírez Pérez. Todos ellos se batieron en el estiércol de la ratería sin escrúpulos, todos ellos son cómplices de Javier Duarte y todos ellos merecen cárcel.
Pero sin duda, el que rompió el molde sin duda fue su suegro Tony Macías, este hombre no tuvo llenadera, robo a manos llenas terrenos y propiedades, el asunto de la reserva territorial de Coatzacoalcos y la creación de un parque industrial con recursos públicos lo ponen en evidencia como un verdadero gánster. Este señor, también merece estar en la cárcel.
Y es que llama mucho la atención que autoridades de la PGR informaran en conferencia de prensa que la familia de Javier Duarte, no tienen ninguna orden de detención provisional dentro del proceso de investigación que se está llevando, “por lo que ellos están libres y no tienen ninguna situación de enfrentar a la justicia mexicana”.
Y aún falta que la larga mano de la justica llame a los amigos y socios de Duarte; por ahí andan tramitando su amparo; Vicente Benítez González, Moisés Mansur Cysneros, Lucía Patricia Beltrán Sánchez, Mónica Patricia y Jean Paul Mansur Beltrán, Nisim Mansur Cohen, José Antonio Chara Mansur, Galán y Pablo Héctor Ojeda Cárdenas, David Alejandro Osorio Aguirre, Octavio Jaime Ruiz Barroso, José Manuel Ruiz Falcón, José Juan Janeyro Rodríguez, Mónica Babayan Canal, Alejandra Ruiz Ocampo, Gerardo Bonilla Suárez, María Elena, Miguel, Juan Ignacio, Fernando Barquín del Puerto, Rafael Gerardo Rosas Bocardo, y José Antonio Ruiz Bandín. Y sin duda la gran mayoría de su gabinete, el gabinete de la corrupción.
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