De ahí empezaría un juicio que júrelo usted, va a estar lleno de amparos y de estrategias dilatorias, lo que retrasaría la sentencia otros tantos meses, quizá hasta un año o más. Antes de que se empiece a recuperar parte, sólo parte, del dinero que se robó Javier Duarte, se deben valuar y rematar las propiedades que adquirió con ese dinero ilícito.
Vaya usted a saber para cuándo llegará ese dinero a los veracruzanos, y en caso de llegar, habría que pedir que se utilice para el beneficio que en su origen fue destinado: salud, educación y seguridad. Nada más de suponer todo este trayecto ya nos cansamos; mejor será esperar sentados.