El que debe estar nervioso por la captura de Javier Duarte es el doctor del hospital Ángeles que le vendía, muy caras por cierto, esas malteadas para perder peso que le ayudaron a presentarse el día de la elección con una figura cuasi esbelta, presumiendo su camiseta de la selección. Esas mismas malteadas son las que tomaba Nemi Dib y su amiga Gina Domínguez.
Pero la bajada de peso de Javier Duarte fue la mejor publicidad que recibió este doctor, quien debió haber sacado una buena lana vendiendo sus tratamientos en miles de pesos. Pues ahora que capturaron a Javier Duarte se le notó con el mismo sobrepeso con el que lo conocimos durante la mayor parte de su sexenio como gobernador.
Esa es muy mala publicidad para este tipo de tratamientos. Los que lo promocionan podrán decir que Duarte no se cuidó, que el estrés, que el encierro, lo que sea. Pero ver a Duarte tan gordo es como para pensar dos veces en tomar estos productos.
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