Lo niegan los periodistas, esos que le regalaron un premio que reconocía su labor como protector de periodistas; lo niegan los directores de medios que se peleaban por un lugar en la mesa principal los días 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión. Lo niegan esos que aceptaban ir al brindis navideño y que buscaban la foto personal con el mandatario, con «el mejor gobernador que ha tenido Veracruz».
Ahora ya hablan pestes de él, ahora ya no les parece el mejor gobernador sino el peor, ahora quisieran quemar esas fotos o desaparecerlas de las redes sociales. Pero la memoria de la web es más persistente que la nuestra y esas fotos van a quedar ahí por mucho tiempo más.
