Aquí todo se confunde. Un amigo nuestro ya sabía desde la mañana del martes 11 de abril que Javier Duarte iba a ser capturado en Semana Santa y así lo publicamos; lo sabía cinco días antes de la captura que ocurrió el sábado; lo sabía cuatro días antes de que los hijos, quienes supuestamente condujeron a las autoridades hacia él, viajaran de Toluca a Guatemala, el viernes; lo sabía tres días antes de que Javier Duarte supuestamente ocupara la habitación del hotel La Riviera de Atitlán, el jueves.
¿De qué estamos hablando? Por supuesto de un posible montaje, de una obra de teatro que se ha venido preparando desde hace mucho tiempo. De un Gobierno Federal que siempre tuvo ubicado a Javier Duarte y que se ha decidido a mostrarlo detenido para favorecer a sus candidatos en las próximas elecciones.