Con la detención de Javier Duarte de Ochoa, pareciera que el excónsul de Barcelona, el priista Fidel Herrera Beltrán, anda queriendo poner en práctica el dicho popular «patas pa’ que las quiero». Y es que no es para menos, no sabemos con certeza cuáles fueron las condiciones o negociación en lo oscurito que tuvo el Gobierno Federal con el exgobernador veracruzano.
Tenga la certeza que Duarte de Ochoa, con la información que tiene en su poder, pudo darse el lujo de poner a las autoridades federales contra la pared. Información que seguramente tiene que ver con la campaña presidencial de Peña Nieto. Por eso no dude usted que la investigación apunte directamente contra Fidel Herrera.
Se acuerda usted cómo llegó el Tío Fide como gallito al país a principios de enero, después de salir del consulado de México en Barcelona; él señalaba que se ponía a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE) para “aclarar” todo lo relacionado al escándalo de medicamentos clonados, apócrifos y piratas.
«Regreso a Veracruz motivado, voy a encabezar la defensa de mi legado, del gobierno que encabecé; pretendo cooperar en la investigación y que se castigue, si fuese el caso, a quien haya cometido esas atrocidades. Soy de profesión abogado y yo me puedo defender», dijo. Sin embargo, tenga usted por seguro que el Tío Fide ya anda buscando asilo en la Patagonia.
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