Armando Ortiz / Algunos pensaban que Flavino Ríos Alvarado tendría que cumplir en arresto domiciliario el año que le dieran al vincularlo a proceso. Otros decían que lo regresarían con los otros miembros de su gabinete al penal de Pacho Viejo. Pero el caso es que, debido a su condición de enfermo, se modificaron las medidas cautelares y lo mandaron con libertad bajo fianza a su casita, que queda a pocos metros del hospital Los Ángeles donde estuvo hospitalizado las últimas semanas.
En este momento Flavino Ríos Alvarado ya se encuentra en su casa viendo Netflix, esperando que sus abogados se ocupen bien de su defensa. Cabe mencionar que la salida de Flavino Ríos Alvarado del penal de Pacho Viejo no significa que ha quedado libre de las acusaciones en su contra. Su salida sólo significa que la ley le da el beneficio de la libertad bajo fianza mientras su proceso judicial continua.
El exgobernador interino y exsecretario de Educación es acusado por los delitos de encubrimiento, tráfico de influencias y abuso de autoridad. Uno de los delitos que se le imputan es el haber permitido que el exgobernador Javier Duarte de Ochoa escapara en el helicóptero del estado. Pero también la secretaría de Gobierno actual acusa a Flavino Ríos Alvarado de desviar 247 millones de pesos. Su libertad bajo fianza no lo exime de esta responsabilidad.
Claro que el gobierno federal sabe dónde está Duarte, ya que se decida a entregarlo
Si bien estas épocas son de guardar, los veracruzanos no piensan en ayunos, los veracruzanos piensan en que la federación encuentre a Javier Duarte y lo meta a la cárcel. El daño que causó el exgobernador al patrimonio del estado fue monumental, tanto que va a estar muy difícil que el estado se recupere en dos años. Por eso nos urge ver a Duarte en la cárcel, nos urge que el gobierno federal, quien seguramente lo tiene bien ubicado, se decida a darnos un obsequio de semana santa. Y decimos se decida, porque enterados estamos que el gobierno tenía bien ubicado a Tomás Yarrington, quien a pesar de tener orden de aprehensión gozaba del privilegio de dos escoltas que lo acompañaban en sus viajes por Europa; y decimos se decida porque sabemos que no fue el gobierno de México quien solicitó la captura de Yarrington sino el gobierno de los Estados Unidos. Por supuesto todo esto crea la percepción de que el gobierno federal está encubriendo a los responsables del quebranto de sus estados. Claro que el gobierno federal sabe dónde está Duarte, ya que se decida a entregarlo.
De ser extraditado, Yarrington podría ser “testigo protegido” y delatar a los cómplices de los Zetas
¡Peligro, peligro! Todo parece indicar que Tomás Yarrington podría ser extraditado a los Estados Unidos, al menos eso es lo que reporta el medio informativo de Stephen Bannon, hombre muy cercano a la Casa Blanca. En caso de que eso suceda, Yarrington, a quien ya se le llevó a cabo un juicio y al que se le podría sentenciar de 50 años de cárcel o hasta cadena perpetua, puede acogerse al sistema de testigos protegidos y colaborar como informante del gobierno de los Estados Unidos para reducir su sentencia. De ser este el caso Tomás Yarrington, quien fue gobernador de Tamaulipas de 1999 a 2005, y a quien se le han comprobado nexos con el Cartel del Golfo y los Zetas, bien podría dar información sobre el apoyo monetario de los Zetas a la campaña del 2004 de Fidel Herrera. Claro, eso en caso de que se acoja a ese beneficio de testigo protegido. Pero a los 60 años, ¿quién quisiera pasarse el resto de su vida en una cárcel norteamericana?
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