Además de eso, las direcciones fiscales de dichas empresas indicaban talleres mecánicos, lotes baldíos, locales de servicio de emergencia y casas de lámina. Acaso cuando los notarios fueron a esas direcciones, si es que fueron, no se dieron cuenta de la transa que se estaba gestando.
Estas declaraciones de Enrique Becerra, director General del Registro Público de la Propiedad y de Inspección y Archivo General de Notarías, se parece a los argumentos del juez #Porky, quien dijo que, si no hay intención lasciva en el agresor de una menor, no puede considerarse abuso sexual. De la misma manera, si el notario no advertía intención de transa por parte de quien fue a abrir una empresa fantasma, pues tampoco hay delito. ¡A otro perro con ese hueso!