Hace tres años, cuando Américo Zúñiga estaba por ser alcalde de la ciudad de Xalapa, le pedí a mi amigo Uriel Rosas que me recomendara con él para estar en la coordinación de publicaciones del municipio. Mi amigo Uriel lo comentó con el profesor Guillermo Zúñiga, quien le dijo que él no estaba interviniendo para nada en las decisiones de su hijo. Sin embargo, el profesor, que ha sido siempre un gran promotor del libro y la lectura, le dijo que me jalara a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz para iniciar el proyecto editorial de esta institución.
El proyecto editorial de la UPAV inició con dos personas, mi amigo de la universidad Óscar Torres y un servidor. Por supuesto, iniciar el proyecto editorial de cualquier institución requiere tener muy claros sus objetivos y sus alcances. Después de dialogar con el profesor Zúñiga, éste me dio plena libertad para desarrollar las colecciones que se requirieran, así como concertar con algunos autores que pudieran entregarnos alguna obra.
Empezamos por definir el tamaño de nuestros libros, la caja, el tipo de letra y demás paratextos que debe llevar un libro: Cuarta de forro, solapas, tipo de portada, sellos editoriales, sellos oficiales. Así las colecciones empezaron a surgir. Colección Premios Nacionales para autores que hubiesen obtenido algún reconocimiento anticipado por su trabajo. Dentro de esa colección había un sello para poesía (Caída libre) y un sello para narrativa (Tierra firme). La siguiente fue la Colección Testimonios, para trabajo periodístico o de crónica. Creamos también la Colección Nueva Pedagogía Social, donde colaborarían autores con obra didáctica o de investigación.
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