La justicia debe estar por encima de la ley. La ley sólo es el lápiz que dibuja una línea recta, una línea justa. Cuando alguien tuerce la ley, la línea justa deja de serlo. Volvamos al caso de los secuestradores. A estos sujetos los atrapan infraganti, con las víctimas amagadas. Pero digamos que la ley dicta en el procedimiento para atraparlos, que se debió entrar por la puerta y no por las ventanas, como lo hicieran los policías.
Es por ello que el juez libera a los secuestradores, porque no siguieron correctamente el procedimiento de captura. El juez cumplió con lo escrito por las leyes, pero no ejecutó justicia. Eso pone en riesgo a la sociedad, porque no se usó el sentido común.