Héctor Yunes puso la misma cara que el día que Javier Duarte le regaló una caña de pescar. Héctor, que ya se siente un político perseguido por su primo hermano, ahora tiene que aguantar que hasta lo confundan con él. A como van las cosas, y si es que al PAN se le dan las cosas, Héctor Yunes tendrá que soportar más confusiones de esas.
A ver si un día en lugar de decirle Héctor no lo llaman Javier. Por supuesto, eso no le ha de doler mucho, y es que después de todo el pregonó en su momento: «Javier Duarte es mi jefe político».