Para empezar, no debieron tomar las instalaciones de la Fiscalía y menos dejarse asesorar por la abogada que día antes estuvo defendiendo a Bermúdez Zurita, uno de los funcionarios más señalado por los delitos de secuestro y asesinato. La solicitud de diálogo, la exigencia de diálogo que hacen estos colectivos y las personas que los apoyan es válida, es correcta y se espera por parte de la Fiscalía que se les otorgue ese diálogo y ese trato digno a quienes han sufrido por ser víctimas.
Sin embargo, esa solicitud se desvirtúa si lo primero que hacen cuando se ponen a dialogar es gritar, gritar y gritar. Por cierto, esta vez asesórense por un abogado que no esté defendiendo a un delincuente acusado de haber asesinado a sus propios hijos.