Pero el caso es que, según las cuentas, a la señora Barrales, quien en los últimos años sólo se ha dedicado a la política, no le alcanzaría con lo que gana en un año para hacer el pago de más de 350 mil dólares con el que finiquitó el pago de ese departamento.
Ella dice que ese departamento de lujo es para rentarse y obtener de las rentas un patrimonio para poder mantener a su hija. El caso es que como siempre los políticos en este país, ya sean de derecha o de izquierda, se mueven en la opacidad, y sólo hasta que los descubren sacan a la luz sus propiedades, que por cierto, son muchas.