Ahí nació la famosa bursatilización, ahí mismo Herrera Beltrán presentaba la varita mágica que solucionaría la situación económica del Estado. Todo mundo le aplaudía, sólo muy pocos manifestaron su inconformidad. El resultado fue una deuda descomunal. La llegada de Javier Duarte sólo sirvió para cubrir con un vergonzoso manto de impunidad a su antecesor y compañero de partido.
Hoy. la admnistración de Miguel Angel Yunes Linares tiene que cargar con ese quebranto. Se esperaba que por deber moral las bancada priista votara a favor de la restructuración de la deuda propuesta por el Ejecutivo estatal, sin embargo, no lo hicieron, no quisieron contribuir a limpiar el chiquero que dejaron Miguel Alemán, Fidel Herrera y el peor de todos, Javier Duarte; sus joyas priistas, bueno al último ya hasta lo expulsaron del PRI.