Pero ni el doctor Frankenstein hubiera conseguido semejante monstruo, semejante aberración política. Es más hasta, hace algunos meses la idea de crear a este nuevo partido político estaba lejos de nuestra imaginación. Si hasta hace unos meses el PRI y Morena eran como el agua y el aceite, nunca pensamos que se fueran a juntar. Pero de alguna manera, que todavía no nos explicamos, PRI y Morena se hicieron uno para evitar que saliera adelante la iniciativa de reestructuración de la deuda.
Por supuesto habría que celebrar que el PRI y Morena, que en algún momento fueron tan antagónicos, hayan encontrado un interés común, y ese interés ha sido darle en la madre al estado de Veracruz para demostrar que, si no es con ellos, el estado no tiene salvación. Veamos hasta dónde llega este amasiato, este concubinato aberrante del que sólo pueden surgir como fruto, vástagos tan deformes como los progenitores.
