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¿Por qué el PRI no quiere perder el Estado de México?

El PRI se resiste a perder el Estado de México en estas elección, porque siempre ha representado ser un bastión importante para el partido tricolor FOTO: WEB

Este 4 de junio se peleará la madre de todas las batallas electoreras; el Estado de México será testigo de la lucha encarnizada por el ser el Tlatoani que gobierne el estado más poblado del país con 17 millones de habitantes, entre ellos, cinco millones de estudiantes. El PRI se niega a entregar el poder; durante más de 90 años, éste ha sido la reserva más importante para el tricolor. Su peso político es arrollador, no sólo es la cuna del presidente Peña Nieto, también su padrón electoral supera los once millones de personas.

Los cerebros electorales del PRI tienen encendidos los focos de alarma, les preocupa el avance que ha tenido Andrés Manuel López Obrador, capa protectora de la maestra Delfina, actual competidora de Regeneración Nacional. A los dirigentes priistas les quita el sueño que el dirigente de Morena haya intensificado su presencia en el Estado de México, donde ha pasado hasta cuatro días a la semana.

Es cierto que el PRI domina la mayoría de los 125 municipios y que el estado aporta el 9.8 del PIB nacional y es uno de las entidades más industrializadas de México y de América Latina. Sin embargo, durante el mandato del actual gobernador de siglas priistas, Eruviel Ávila, ha sido el estado con mayor número de personas en pobreza a nivel nacional en contraste de 2012 a 2014.

También enfrenta una situación crítica de seguridad pública al ser el estado del país con la mayor tasa de violencia con delitos de alto impacto, por encima de la media nacional en 20 años y concentra a los ocho municipios más inseguros del país.