Para aquellos que defienden a Calderón, que si es un borracho, que si no lo es; que si muy su problema, que si da mala imagen; que a nosotros qué nos importa, que muy su hígado, que muy su cirrosis. Al parecer a Felipe Calderón no le interesa ser defendido, no le importa exhibirse en eventos públicos con su cuba en mano.
Por supuesto, ese mismo que lo defiende dirá que cuál es el problema, si en esos eventos venden alcohol para que el público lo consuma, y pues el señor Calderón está en su derecho de consumirlo mientras lo esté pagando. A la persona que razone de esa manera le queremos decir que tiene toda la razón del mundo.
Sin embargo, siendo que Calderón es una figura pública, señalada por haber gobernado este país en plena ebriedad, y si recientemente se le ha acusado de acudir a eventos de campaña, el destape de Josefina Vázquez Mota, alcoholizado, pues por prudencia que se aguante las ganas y se ponga hasta el full en su casa, no en un evento donde por cierto acuden niños.
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