Brenda Caballero / Seguramente ustedes como yo, alguna vez leyeron historietas como El Libro Sentimental, El Libro Semanal, El Libro Rojo, El Libro Policiaco o El Libro Vaquero. Sus historias hacían llorar, reír, emocionaban y hasta espantaban como las de terror. Es allí donde aprendo a hacer trueque con las vecinas.
Lo acepto: no eran las lecturas apropiadas para mi edad, pero ¡cómo me ayudaron a mejorar mi lectura!
Todo iba bien con las historietas que nos sacaban la lágrima y la risa, hasta que aparecieron el Mil Chistes, Los Maistros y las chalanas, Las verduleras, Los albañiles entre otras, con sus diálogos de picardía mexicana, el doble sentido e ilustraciones totalmente exageradas en lo sensual se hicieron presentes.
En la actualidad, estas historietas han desaparecido casi en su totalidad, con excepción de El Libro Vaquero, que lleva 39 años de vida y que en sus años mozos tuvo un tiraje de más de millón y medio semanal.
Si bien es cierto, El Libro Vaquero es un referente de la cultura mexicana, no tanto por sus historias del lejano Oeste, sino porque era común ver que alguien lo estuviera leyendo en el camión, en su negocio, en casa y hasta en el trabajo, cuesta entender que ahora el Libro Vaquero combata a la corrupción… sin embargo, pudiera ayudar.
Un grupo de legisladores de diferentes grupos parlamentarios y la empresa de consultoría Ethos, lanzaron el Libro Vaquero Anticorrupción, para crear conciencia entre los ciudadanos y desincentivarla.
En el primer número, Gabriel y Omar, dos choferes de transporte, tienen la encomienda de llevar un pedido a la fonda de Doña Mónica. Como es tarde, dan una vuelta en sentido contrario, y son detenidos por la policía a quien le dan 500 pesos para evitar la multa. Al llegar a su destino cuentan con orgullo lo ocurrido, sin embargo, los regañan y le dicen que hicieron mal. Ellos entienden el error y afirman que denunciarán a los funcionarios corruptos.
De inmediato las críticas llovieron, como aquella que expresó “¿así que leyendo el Libro Vaquero se acabará la corrupción? Entonces también ajusticiaremos a balazos a los corruptos.”
Puede no ser la ideal o mejor manera de abatirla con una historieta, pues la mayoría pensaríamos que todos los mexicanos entendemos los conceptos del Sistema Nacional Anticorrupción, sin embargo tenemos que reconocer que en el país, la educación no llega a todos los lugares de la población y tardará mucho en hacerlo.
Definitivamente no es la mejor opción para abatirla, pero sí puede cambiar la percepción de algunos mexicanos. Y con unos corruptos menos en el país, habrá valido la pena.
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