Y es que a nadie le extraña la manera de hacer política legislativa del PRI, los diputados tricolores quieren que por ahí se pidan cinco mil millones más para pagar los adeudos pendientes con los municipales tricolores. Sólo de esa manera la chiquibancada del PRI dará su voto para la restructuración.
Los que de plano se cierran a cualquier negociación son los diputados de Morena, según ellos, la restructuración de la deuda es un cheque en blanco para que el Ejecutivo estatal restructure cuantas veces lo requiera. Lo cierto es que en Congreso local cada voto tiene un precio, la mayoría de las veces es económico y en otras ocasiones son amarres para posiciones políticas.