Hace algunos años la maestra Gloria Sánchez se reunía enfrente de la Normal vieja con algunos militantes de izquierda para discutir los estatutos de los que habría de ser el Movimiento de Regeneración Nacional. Por cierto, ninguno de los que ahora tienen algún cargo, alguna diputación, asesoría o dirigencia de Morena estaba en esas reuniones.
Se sabe que Manuel Huerta fue impuesto por López Obrador sólo porque el señor cursó estudios de licenciatura en la Universidad Veracruzana, porque Manuel Huerta nació en el Distrito Federal.
Este martes 28 de febrero el dirigente estatal de Morena se dio un frentazo más con la realidad, pues la militancia morenista, esa que fundó el partido, o la gente que se adhirió porque creé en el proyecto de López Obrador, fue y le reclamó su comportamiento como dirigente. Se le acusó de estar vendiendo candidaturas, de imponer candidatos y de negarse a la democracia en el partido. El reclamo fue grande pues le tomaron las oficinas y lo fueron a sacar del sanitario, como quien dice lo agarraron como al “tigre de Santa Julia”.
Al final los manifestantes pidieron la renuncia del dirigente de Morena, el expetista Manuel Huerta, quien de inmediato minimizó las protestas arguyendo que eran orquestadas por provocadores. Todo ello indica que el señor no va a renunciar y que lo tendremos más lunes por la mañana haciendo declaraciones obtusas.
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