Maryjose Gamboa / La inolvidable Celia Cruz cantaba “La vida es un carnaval”… Probablemente así sea para muchas personas, pero no para quienes son el alma de las fiestas… Para ellas y para ellos, para quienes año con año participan de las mismas, el asunto es bastante más personal. No importa si sus vidas privadas son o no un carnaval, importa que el carnaval es su vida. Una vida por la que luchan y se esfuerzan todos los días aunque esta se resuma a solo una semana al año.
Un ejemplo de ello es Susana Ortiz Flores, Directora de las “Bastoneras de Susy” y Presidenta de una Asociación autónoma que integra a 32 agrupaciones: “Inicie a los 13 años, desde entonces he participado durante 37 años en el carnaval de Veracruz… Forme el grupo de bastoneras movida por el entusiasmo de ellas y el amor que le tengo a esta fiesta. Formo a chicas de diferentes edades, muchas que desde niñas he visto crecer en la academia y con cada desfile. Muchas ya señoritas formadas con disciplina, que aprendieron los movimientos del bastón que no es fácil, cuesta mucho trabajo que la coreografía y el bastón vayan al mismo tiempo con gracia, con cadencia, con estilo”.
Durante todo el año, narra “Susy”, se preparan en la Academia que dirige porque participan en los carnavales de todo el estado. Practican tres veces por semana de tres a cuatro horas diarias, pero cuando la fiesta inicia, el entrenamiento se extiende hasta sábados y domingos, por lo menos dos horas antes de cada desfile, vuelven a practicar las rutinas mil veces repasadas.
Se consideran una familia porque la propia convivencia las orilla a tenderse la mano entre sí, a estar pendientes unas de otras, a compartir las alegrías y tristezas que giran en sus almas al mismo tiempo que el bastón en el viento: “Somos unidas, yo les enseño disciplina, ellas ponen todo el carisma, la fuerza… Por eso somos parte del carnaval, porque ponemos mucho esfuerzo, no pensamos en la hora, seguimos hasta que sale bien, pero lo hacemos con tanto orgullo, con tanta alegría, que por más piedritas que hallemos en el camino, somos guerreras, crecemos y luchamos año con año y me siento muy orgullosa de mi grupo, entre ellas mis dos hijas, que crecieron entre carnaval y carnaval”.
“El carnaval o yo”…
Pero para quienes asumen el carnaval no como una fiesta en la que participan, sino como una parte fundamental de su esencia, como “Susy”, no resulta nada fácil lidiar con otros amores… Los terrenales, los que poco entienden que en su corazón y en su vida hay otro querer que exige tiempo, compromiso, y sí, también la “complejidad de compartirlas” en cada desfile con otros hombres -compañeros o ciudadanos- que no ven las horas de ensayo, la pasión que da vida a cada rutina, o la magia del bastón en el aire, sino su figura, su belleza, las curvas que las caracterizan.
“La gente no conoce ese lado un poquito difícil, los celos siempre han estado de por medio, trato con muchos hombres, siendo la Directora de las bastoneras me toca estar al lado de ellas, cuidarlas y cuidarme de los piropos subidos de tono, de los “enamorados” que surgen, y enfrentar también el problema con la pareja, que si está muy corto el traje, que si se ven las pompas, en fin… Pero ese tipo de problemas existen como imagino existen en cualquier ambiente porque los hombres son celosos, pero siempre he sido una mujer de una sola pieza, pongo un límite, pido nos traten con el respeto a todas nosotras con las que nosotras los tratamos, y claro decir las cosas tal cual, me ha traído ciertos problemas. Una vez alguien me dijo “el carnaval o yo”, pero pues este es otro amor, y el amor que siento por el carnaval, no lo puede cambiar nada ni nadie por más que ames a la pareja”.
Hasta en las mejores familias…
Para “Susy” todos los grupos de bastoneras, comparsas, carros alegóricos y demás personas que participan en el carnaval de Veracruz año con año, son una inmensa familia que se reencuentra para las fiestas… Sin embargo, y como hasta en las mejores familias ocurre -y más cuando el líder de la misma cambia con cada administración- los conflictos internos, nunca faltan. En esta ocasión el enfrentamiento obedece a que los apoyos económicos prometidos no llegaron para todos por igual.
Por ejemplo, de las dos principales Asociaciones que participan, a la que preside “Susy” sólo se le entregó recursos para 23 de las 32 agrupaciones que la conforman, por lo que decidieron dividir el dinero de esas 23, entre las 32, lo que desde luego provocó molestia en algunos. Sus gastos no son menores, el apoyo económico se ocupa para el pago del vestuario, el transporte, y el sonido que los acompaña. El conflicto fue subiendo de tono hasta que el pasado jueves, cuando al no haber camioneta con sonido, ni acudir la Banda Municipal que siempre les acompaña, las “Bastoneras de Susy” y más de una decena de comparsas, no participaron en el desfile de la avenida Independencia.
Al respecto, el Presidente del Comité del Carnaval, Luis Antonio Pérez Fraga, señaló que la responsabilidad fue de la Regidora Yadira Carrillo, misma que votó en contra que el Ayuntamiento de Veracruz cubriera, ante la situación de emergencia financiera que enfrenta el Comité, algunos de los gastos para apoyar a las bastoneras y comparsas:
“Se lo pedí por oficio como debe ser, y se comprometió a que la Banda Municipal estaría, y simplemente no los citó… Es como si tuviera un afán de boicotear el Carnaval, no sé si porque su hermano Antonio Illescas quiere ser candidato a la Alcaldía, o por qué, pero critica, genera grillas entre las comparsas, parece que quisiera que las cosas salgan mal, pero no, en cuanto las 120 mil personas que esperamos acudan a los desfiles, vean que los carros alegóricos son majestuosos como nunca antes, y que además de las comparsas y bastoneras habrá muchas sorpresas, todas las grillas pasarán a segundo plano. Nos ha apoyado el Alcalde y el Gobernador, los 5 millones que nos dio para el Carnaval ayudan mucho justamente para las comparsas, artistas, etcétera”, señaló el “Pollo” Pérez Fraga a una servidora cuándo le pregunté sobre el conflicto con las bastoneras y comparsas a solicitud de la asociación que preside “Susy”.
Ella, junto con representantes de varias comparsas más, se acercaron a mi oficina hace algunas semanas para solicitar se les ayudara con algunas necesidades urgentes -como el pago del vestuario- que ante el recorte presupuestal surgieron. Y es imposible no hacerlo, durante más de diez años me tocó cubrir por parte de los medios en los que laboraba, el carnaval del puerto, y ver el esfuerzo que hacen, los meses que ensayan, y sobre todo el alma que dejan en cada desfile.
Es la fiesta más importante para los porteños en particular y para muchos veracruzanos en general, y aunque la desastrosa organización de la misma en años anteriores ha ocasionado que ya no se vea como una fiesta familiar, este año hay un nuevo comité que merece un voto de confianza, y sobre todo hay cientos de personas que le han dado vida a cada carnaval a través de sus rutinas, sus bailes, y su alegría… Ellas y ellos, así como los miles de ciudadanos, esperan estas fiestas con mucho entusiasmo porque aunque su vida diaria no sea precisamente “un carnaval”, si es y será siempre el carnaval de Veracruz, una fiesta que les devuelve por instantes, un pedazo de vida.