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AMLO no está loco, pero sí tiene sus ratos de estupidez

Por un lado, don Alfonso Romo habla muy bien de López Obrador en la revista Forbes, señalándolo como un sujeto congruente que quiere el bien para México. «Andrés Manuel me cayó muy bien, por cierto, es un hombre muy sencillo, sensible, inteligente, muy culto» dijo el multimillonario empresario que elabora junto con otros personajes de la política, la cultura y la empresa en México, el proyecto de nación que habrá de presentar López Obrador en las elecciones presidenciales de 2018.

Pero por otro lado viene López Obrador a acusar a Yunes Linares de querer imponer a su hijo como alcalde de Veracruz. López Obrador, queriendo dictar la plana a los periodistas de Veracruz, exhortó a los informadores a que cuestionaran sobre ese tema a Yunes Linares. Sin embargo, cuando los periodistas quisieron abordar el tema de los personajes oscuros y deleznables que buscan que Morena sea su plataforma para conseguir alguna alcaldía, ahí el líder y fundador de Morena les dijo que ese tema no le interesaba, que más le interesaba hablar de la dinastía Yunes en Veracruz.

Como los periodistas insistían sobre los aspirantes de Morena entonces Andrés Manuel les dijo que insistían porque estaban bien “maiceados”, porque Yunes Linares le daba «maíz con gorgojo» a los periodistas. Esto bastó para que Yunes Linares se le fuera encima a López Obrador llamándole loco; pero AMLO no está loco, si acaso, como sucede a muchos de sus seguidores, tiene sus ratos de estupidez.

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