Amada y querida por sus cercanos y beneficiarios, repudiada por sus enemigos políticos. Acostumbrada a las comodidades y lujos que disfrutó durante muchos años mientras fue la mandamás del SNTE, la maestra Elba Esther cumplió sus 72 años en compañía de sus seres más queridos.
En la azotea de un hospital de la Colonia Roma, la otrora poderosa dirigente recibió las felicitaciones de sus familiares. Con buen ánimo y después de casi cuatro años de su aprensión y traición del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, la maestra espera que pronto se resuelva su situación legal que le permita la prisión domiciliaria.
Y es que después del triste papel que ha desempeñado Juan Díaz de la Torre, actual y desgastado dirigente, se comienzan a escuchar voces que extrañan el liderazgo de Elba Esther Gordillo. Sin embargo, el grueso del magisterio nacional busca la democratización del SNTE, sin la inclusión de personajes de cuestionable pasado. Pero mientras, en la Colonia Roma se dejaron escuchar las mañanitas y los familiares de la maestra comieron una rebanada de pastel cargada de esperanza.
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