Los tambores de guerra en Veracruz se comienzan a escuchar, las hachas se comienzan a desenterrar, las tres fuerzas políticas con presencia desempolvan las carrilleras. Los jaloneos y golpeteos internos se comienzan a escuchar, los precandidatos se están dando hasta con la cubeta. La alianza PAN-PRD no puede confiarse, no puede dormirse en sus laureles; es cierto que cuentan con la ventaja de tener un gobernador de la misma corriente política y varios diputados que, se quiera reconocer o no, pueden influir en la victoria de los candidatos de la alianza Contigo, el cambio sigue.
Los que brincan y bailan de contentos son los candidatos de Morena, ya sienten que tiene a la capital del estado en la bolsa y el puerto de Coatzacoalcos. La oxigenación que les ha dado la presencia del de Macuspana Tabasco, les pinta un terreno allanado. Sin embargo, si se duermen en los cuernos de la luna, pueden sufrir un descalabro en algunos municipios.
El que de plano no ve la suya es el tricolor; el gasolinazo, las torpezas del presidente Peña y la loza que significa la huida del exgobernador veracruzano no les augura muchos triunfos a sus candidatos, además, se recordará que el PRI va en alianza con el Verde y la mano de Fidel Herrera se hace sentir en esta fuerza política; esta situación, en vez de ayudar podría perjudicar a los candidatos “ecológicos”.
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