En el estado de Veracruz vivimos el recuento de los daños ocasionados por la rapacidad de personajes que nunca debieron gobernar. Desde la presencia del magnate Miguel Alemán Velasco, pasando por la podredumbre de Fidel Herrera Beltrán, hasta tocar fondo con la frívola y corrupta administración de Javier Duarte, dejaron la educación en Veracruz en quiebra.
No hay dinero para pagar maestros adicionales, no hay recursos para techar y poner pisos a escuelas que han estado sin baños durante muchos años. Ante este panorama, el gobierno del mandatario estatal Miguel Ángel Yunes Linares tendrá el desafío de componer en dos años el muladar en que convirtieron la Secretaría de Educación.
Por otro lado, el Gobierno Federal ante su obcecación de seguir conservando el poder, seguramente irá administrando los recursos federales para el rubro educativo. En septiembre pasado el gobernador Yunes declaró lo siguiente: «Vamos a invertir en educación, infraestructura educativa, equipamiento en las escuelas y en el uso de las nuevas tecnologías para que todos estos jóvenes veracruzanos tengan más oportunidades».
Son buenos deseos, sin embargo, la tarea es titánica y se requiere hacer uso de todo lo que esté al alcance, al menos hasta el momento; se esperan acciones más contundentes de los hombres claves de Enrique Pérez, actual secretario de educación.
Comentarios