Armando Ortiz / En lo general las personas comunes no tenemos una idea clara de cómo opera la justicia en nuestro país, ni entendemos cómo operan los sistemas de seguridad. En alguna ocasión un servidor sufrió un robo. Yo tenía bien claro quién había sido el ladrón y durante varias semanas anduve como cazador esperando encontrarlo para “apañarlo” llamar una patrulla y meterlo a la cárcel. Cierto día se lo comenté a un amigo del ministerio público. “Nada más que me lo encuentre lo apaño y se los traigo para que lo encierren”, le dije. Pero entonces él me dijo que en ese caso el que iría a la cárcel sería yo. ¿Cómo? “Pues claro, lo que procede -me dijo- es que lo sigas hasta su casa, anotes la dirección, vengas a poner una demanda, nosotros lo citemos y ahí se desahoguen las pruebas en su contra”. ¡Bendita justicia expedita!
En este país todos somos inocentes hasta que se nos demuestre lo contrario. Por supuesto esa premisa sólo aplica a quienes tienen recursos para hacerlo valer. Y es que después de 5 años de ir cada semana al reclusorio de Pacho Viejo a dar talleres literarios puede certificar que es cierto lo que se dice: “En la cárcel sólo están los pobres, las putas y los pendejos”. Esta premisa se ha forjado con letras de lodo gracias a la corrupción e impunidad que ejercen algunos jueces.
La percepción de las personas en Veracruz, una vez que ha sido aprehendido Arturo Bermúdez Zurita acusado de enriquecimiento ilícito, es que en unos cuantos días recobrará la libertad. El antecedente que tienen es el caso de Leonel Bustos, exdirector del Régimen Estatal de Protección Social en Salud, es decir el Seguro Popular, quien fuera recluido sólo por unos cuantos días en prisión por delitos al parecer más graves que los del exsecretario de Seguridad Pública: Peculado, abuso de autoridad, incumplimiento del deber legal y tráfico de influencias. Cabe señalar que Leonel Bustos no está libre de “pecado” como señalan algunos medios nostálgicos del duartismo. La libertad de Leonel Bustos no lo exime de los delitos que hubiera cometido, sólo que la ley le permite continuar su proceso en libertad. Una vez que se compruebe su culpabilidad Leonel Bustos volverá a la cárcel.
Lamentablemente lo mismo puede pasar con Arturo Bermúdez Zurita. El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares sabe que eso puede suceder, lo sabe porque reconoce la autonomía que existe en el Poder Judicial. Yunes Linares no tiene atributos constitucionales para exigir a un juez que mantenga a un acusado encarcelado sólo porque él así lo desea.
Para la gran mayoría de los veracruzanos la culpabilidad de Arturo Bermúdez Zurita está más que comprobada. Para los veracruzanos Bermúdez Zurita no debería estar en prisión sólo por el delito de enriquecimiento ilícito, sino por la colusión que tuvo con el crimen organizado; a Bermúdez Zurita se le acusa por la desaparición de muchas personas, por los levantones, por los secuestros y por la muerte de varias personas. Su enriquecimiento ostentoso es consecuencia de todas esas actividades delincuenciales.
Ahora bien, una vez que se dieron a conocer las decenas de empresas que pertenecen a Bermúdez Zurita, pues se nos hace muy poco que se contabilice su fortuna en sólo unas cuantas decenas de millones de pesos. En su defensa Bermúdez Zurita dice que su fortuna parte de una herencia y de unas lavanderías que tiene (¿no serán lavanderías de dinero?) ¡Ahora resulta que todos son herederos! ¡Ahora resulta que todos son de noble cuna! Gina Domínguez dice que heredó su fortuna, por eso, antes de ser heredera andaba buscando posada con sus amigos cuando salió huyendo en la cajuela de un auto de Quintana Roo, en los tiempos en que fue vocera del “Chueco” Mario Villanueva; Javier Duarte también es heredero, pues el suegro le legó la casita de interés social y el auto desvencijado que puso en su declaración 3 de 3; por cierto Duarte habrá de ser heredero de Moisés Mansur cuando este muera. Gabriel Deantes, Alberto Silva, Édgar Spinoso, Carvallo, Érick Lagos, todos han sido beneficiados con herencias, por ello sus fortunas. ¡Vaya con los de noble cuna! ¡Vaya con lo de padres diligentes!
De última hora se sabe que Bermúdez Zurita pasará al menos 8 meses de prisión preventiva. No es una sentencia, es una medida cautelar para que no desaparezca como Javier Duarte, su amigo y cómplice. Sólo falta que llegue el lunes y uno de esos jueces “brillantes”, casquivanos y corruptos encuentre razones para ponerlo en libertad. Entonces todos volverán a dirigir la mirada al Poder Judicial y entonces se volverá a repetir la historia de la justicia en este país: “El ministerio público los atrapa, pero los jueces corruptos los dejan en libertad”.
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