Cuando llegan, uno por uno los espera una multitud de personas que han llegado de diversas partes del estado, del país y del extranjero. Unos vaqueros comienzan a lazar a los toros alcoholizados y semiahogados, entonces la gente los comienza a hostigar dándoles puntapiés, cinturonazos o hebillazos a retorcerles el rabo; todo con la intención de hacerlos enfurecer para que embistan, pues los animales no son de lidia sino de pastoreo.
Por esa razón los diputados locales de la LXIV Legislatura, de las Comisiones Permanentes y Puntos Constitucionales y de Medio Ambiente, Recursos Naturales, Aguas y Cambio Climático, emitieron una reforma a la ley de Protección a los Animales del Estado de Veracruz. Durante la última sesión extraordinaria acertadamente prohibieron la celebración con animales: pamplonadas, peleas de gallo, carreras de caballo, embalses.
Sin embargo, los empresarios y algunos políticos, con tal de llevar la contraria a la Fiscalía del Estado, manifiestan su desacuerdo alegando que se va a acabar con una costumbre del pueblo que data desde hace 200 años. Ojalá entre la mesura y finalmente se acabe con el sufrimiento de estos animales.