De confirmarse esta conversación, el presidente de los Estados Unidos no sólo humilló a Peña Nieto, también humilló, y de muy mala manera, al Ejército Mexicano, de quien dijo son unos miedosos. En algún momento de la historia de este país nadie de la prensa, ni los políticos ni empresarios, se podían meter con la Virgen de Guadalupe ni con la figura del presidente ni con el Ejército.
Pero vino Trump y humilló a Peña, al Ejército y sólo faltó que se fuera a orinar en el atrio de la Basílica de Guadalupe. Pero Peña dice que estamos construyendo una buena relación con el país del norte.