Rafael Pérez Cárdenas / Otro martes de estos y el Góber nos tira el arpa. Ayer fue tal vez el peor día de la administración estatal en dos meses de gestión.
Resulta que en una misma jornada, dejan en libertad a Leonel Bustos, ex titular del Seguro Popular; el secretario de Salud federal, José Narro, asegura que hasta el momento no se ha encontrado evidencia de la presunta aplicación con medicamentos apócrifos de quimioterapias a niños con cáncer durante la administración de Javier Duarte y pidió pruebas al mandatario de sus dichos; y para cerrar el día, falleció uno de sus amigos y colaboradores más cercanos, José Luis Lagunes. Hay barruntos de tormenta.
Ante el respetable, el mandatario estatal empieza a flaquear. A pesar de su mote, el “Kid” Yunes parece no tener pegada. Y no es una opinión de columnistas como acusan sus fanáticos, sino una percepción cada vez más generalizada entre la raza: tiene un gabinete autista que poco le ayuda, un fiscal de chocolate que al calor se derrite y lo que parecían golpes mediáticos a la mandíbula, han quedado en simples volados al aire.
Tal vez por eso Fidel decidió no llegar a Veracruz; porque su olfato le indicó que cuando su enemigo esté cometiendo errores, no lo distraiga. Aunque hay quien dice que ya le tenían preparada la orden de aprehensión lista en cuanto pusiera un pie en la pista de aterrizaje y obtener, como en el caso del ex gobernador Rodrigo Medina, la foto de Fidel en el fresco tambo, aunque lo liberaran horas más tarde. Nada le ha salido al Góber, pues.
Y el tema no es insistir en que el tiempo pasa y no se concretan ni las promesas de campaña ni los compromisos de gobierno. Preocupa la manera errática de conducirse y la evidente incapacidad del gabinete. Sumado a las malas noticias de ayer, Rogelio Franco quiso sorprender con la infumable noticia de que ya tiene cédula profesional sólo para que la propia rectora de la UV saliera a desmentirlo; y luego, se le ocurre decir que la liberación de Leonel Bustos no es un “revés” contra el gobierno estatal. Ojalá siquiera supiera lo que es un amparo.
La aprehensión contra el ex titular del Seguro Popular se vendió como la captura del primer pez gordo; y que tras de él, seguirían los demás. El pez gordo se ha soltado de las redes y es posible que no vuelva a ellas por lo menos en lo que resta de este mini gobierno. La Fiscalía ha jugado muy mal sus cartas y empieza a demostrar una incapacidad temeraria.
Además, también ha quedado demostrado que la asunción de Edel Álvarez Peña a la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia tampoco es un cheque en blanco al mandatario para influir en la decisión de los jueces. Los actos jurídicos que se han tomado respecto a las denuncias presentadas, parecen fortalecer la percepción de autonomía del Poder Judicial y debilita seriamente el profesionalismo de la Fiscalía.
Más allá de las circunstancias del debido proceso, lo que la impericia del Fiscal Winckler podría provocar es que Yunes logre exactamente lo contrario: legitimar la fortuna mal habida de los ex funcionarios, quienes una vez libres por deficiencias en el proceso, no pueden volver a ser juzgados por el mismo delito. Así, habrán obtenido la libertad y el perdón involuntario de la justicia.
Por ello, no sería extraño que en el corto plazo el Gobernador decida cambiar de Fiscal e imponer a una figura nacional que garantice el éxito de los procesos penales en contra de los duartistas. Sobre todo, porque en ello le podría ir el destino que ha pensado para su descendencia. El tiempo corre.
El segundo tema no es menos grave. Si el principio de justicia establece que quien acusa está obligado a probar, el mandatario estatal ha faltado gravemente a la justicia, a favor de su principal adversario político y en contra de una sociedad que exige castigo.
Resulta que ayer, una vez más, el secretario de Salud José Narro dijo que no hay evidencia de lo que Yunes acusa respecto de la supuesta aplicación de medicamentos apócrifos aplicados en quimioterapias a niños con cáncer. De manera sensata pidió pruebas que a la fecha no existen, sólo los dichos de Yunes Linares, que no son tales.
Dijo que estas acusaciones han generado incertidumbre en la población y desconfianza y “que lastiman mucho a las instituciones“; pero sobre todo, a los niños con algún padecimiento, pues sus padres están dudando en llevarlos ante el servicio de salud público en la entidad. Y en los casos de años anteriores, vivir con la inquietud de que pudieron salvar la vida. Delicado por donde se le vea.
Yo les aseguro, dijo Narro a ayer a los senadores, que vamos a llegar hasta el fondo y haremos las denuncias que correspondan y las instancias a quienes les toque seguir la investigación o juzgar los hechos, porque lo que necesitamos no son dichos, son hechos, son pruebas, no solo indicios, pruebas, y si hay dichos que se mantengan y sostengan a través de actas debidamente documentadas. La acusación, paradójicamente, ahora apunta a Yunes Linares.
Lo peor que le puede pasar al gobernador y a Veracruz es que se alimente la percepción de que todo es una venganza personal. Sin pruebas, como dijo Narro, el que debe las explicaciones es el propio mandatario veracruzano.
Y tal vez la noticia más dolorosa fue el fallecimiento de José Luis Lagunes, un compañero de mil batallas, quien en esta administración ocupó la Secretaría Ejecutiva del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP). Los medios hablan de un infarto que sufrió hace algunos días, sin embargo, al parecer la muerte no lo tomó por sorpresa; su salud se había visto quebrantada de tiempo atrás.
Las del estribo…
- Resulta que los priistas in fieles hoy reclaman una democracia que no conocen. Y no la conocen porque nunca la ejercieron; a cambio, la cooptaron, la vendieron y la prostituyeron. Y hoy reclaman ser tomados en cuenta como cuando brincaban de un cargo a otro o de colchón en colchón. Piensan que la gente no tiene memoria. Por cierto, hay sacos de varias tallas…
- Mi nuevo presidente sólo fue al pantano de San Lázaro a que le zurraran las plumas. Varios legisladores son candidatos a la expulsión y el bote.
- Las denuncias de la Fiscalía y las distintas dependencias no prosperan. La propuesta de reestructuración de la deuda en el Congreso no prospera. Los pagos a Ayuntamientos y partidos políticos no prosperan. Tiene razón el gobernador, este no es un gobierno próspero.
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