Esa manera tan absurda e insensible de hacer política por parte de Fidel Herrera y Javier Duarte es la que les hará perder las elecciones venideras; nadie en su sano juicio votaría por el regreso de parásitos que apapachaban y departían el pan y la sal con este truhan, que tenía asolada a la capital del Estado. En varias ocasiones fueron a encuerarse frente a un kínder en la avenida Xalapa, sin importarles la presencia de menores de edad. Eso era César del Ángel, un sujeto sin moral y sin respeto a los demás.
En Xalapa se acabaron los espectáculos grotescos de los 400 Pueblos, la sociedad xalapeña agradece esa acción. Mano dura contra la impunidad y el daño a los intereses del pueblo. Lo justo sería que este señor regresara ese dinero, aunque ya por lo menos sería bueno que pasara un buen tiempo en la sombra.