Ahora resulta que al presidente de México, el copetudo Enrique Peña Nieto, le salió lo muy digno y suspendió la reunión pactada con su homólogo de los Estados Unidos, Donald Trump que tenía pactada para este martes 31 de enero. En su cuenta oficial de Twitter, el mandatario nacional escribió: «Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS».
Lo anterior después que el inquilino de la Casa Blanca advirtiera que mejor ni se presentara a la reunión tras declaraciones de Peña Nieto donde exigía respeto a la soberanía nacional. Sin embargo, y con temor a que la relación, ya de por sí fallida, entre los países vecinos se viera más deteriorada, refrenda su amistad «y voluntad para llegar a acuerdos con su gobierno. Acuerdos en favor de los mexicanos».
No le importó que el pueblo mexicano se manifestara en contra de esa reunión, tampoco escuchó las voces de intelectuales y políticos, sólo bastó una amenaza del bravucón Trump para que nuestro presidente decidiera suspender su visita con el presidente gringo.
Con esta acción sin duda alguna bajará sus niveles de aceptación, que ya de por sí están en su mínimo histórico, más cuando pide respeto a la soberanía nacional siendo él, el primero que la pisoteó al invitar a un personaje no grato para el pueblo mexicano y darle oxígeno a su campaña presidencial.
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