Todo este apoyo sincronizado sólo indica una cosa, en Los Pinos sabían de que era necesario ocultar al corrupto, Javier Duarte, por el bien de todos, especialmente para que no hubiera mácula en la investidura presidencial. En algunos medios comienzan a soltar rumores sobre el caso, algunos dicen que Duarte y Karime, su esposa, ya están durmiendo el sueño de los justos, como Muñoz Rocha.
Pero como decían las abuelas, hierba mala nunca muere y tenga la certeza que cuando el Gobierno Federal considere que sea necesario, este exgobernador aparecerá y lo hará para que el PRI comience a curarse en salud y pueda, con esa bandera, subir su aceptación popular.