Filiberto Vargas Rodríguez /
Prefacio.
Sobre el tan manoseado caso que reviviera Miguel Ángel Yunes Linares, de presunta clonación de medicamentos, la visión del analista Salvador Camarena, en El Financiero, merece ser razonada. En su columna La Feria concluye que “La manera en que Yunes ha hecho la denuncia (en los medios, antes que en los tribunales; sin detalles, antes que concreta; recurriendo al escándalo, antes que a la puntualidad jurídica y al respeto a las víctimas de ese mal), poco o nada es lo que se puede esperar que logre”. *** Quizá lo que quería ya lo consiguió: Un nuevo linchamiento social, y un nuevo distractor que cubra la ausencia de logros concretos de su administración, luego de que se han cumplido 45 días. Todo es posible.
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Fue una de sus promesas de campaña y la ratificó una vez que se supo vencedor de la contienda.
El 18 de junio de 2016, en Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Linares se reunió con los diputados locales electos del PAN y del PRD y ante ellos aseguró que a partir de su llegada al poder el primero de diciembre habría una transformación en la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Insistió: “No habrá sometimiento, sino un trabajo conjunto”, en los temas que les interesan a los veracruzanos.
“Esta reunión se inscribe en el nuevo tiempo político de Veracruz, un tiempo de cambio, un tiempo donde nos hemos comprometido a transformar las instituciones, donde se va a transformar la relación entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo”, remató.
Y así fue desde el principio con el Congreso local. Los acuerdos se dieron y tuvo el apoyo de los legisladores para conseguir una prórroga de tres meses antes de definir el presupuesto de 2017, y consiguió también que le fuera aprobada su propuesta para la Fiscalía General del Estado, el abogado de la familia Yunes, Jorge Winkler.
Era la luna de miel. En la relación de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, todo era coser y cantar.
Pero en este mismo espacio se anticipó: “El voto de confianza al que tenía derecho ya lo agotó (…) La oposición decidió darle el voto de confianza, pero varios de ellos advirtieron que no siempre será así y que en futuras negociaciones la postura será mucho más rígida”.
Y ya sucedió. Y a Yunes Linares no le gustó. Y decidió recurrir a otras instancias para recusar la decisión de sus pares del Poder Legislativo.
El gobernador de Veracruz dijo “lamentar” la decisión tomada por diputados locales del PRI y Morena para echar abajo la propuesta de reducir 236 regidurías en 95 municipios y generar (según él) un ahorro de más cien millones de pesos.
En respuesta a la negativa del Congreso, Yunes Linares anunció que habrá de interponer una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
“Jalisco nunca pierde… y cuando pierde, arrebata”.
Los argumentos de priistas y morenistas son sólidos. Están de acuerdo en ajustar el número de regidurías, pero eso se tiene que hacer antes de que inicie el proceso electoral municipal, lo que sucedió desde el mes de noviembre del 2016.
Yunes Linares razona que no se trata de una reforma a las leyes electorales, sino el cumplimiento estricto de lo que establece la Constitución.
En virtud de que no hubo tiempo de hacer estos ajustes, ahora eso tendrá que suceder antes de la elección municipal del 2021, y para ese entonces la referencia para definir el número de ediles será el censo del 2020.
El problema fue que, convencido de que tiene la razón, el Gobernador no se preocupó por negociar la aprobación de su propuesta en el Congreso local. Agotado el crédito, ya no hubo concesiones gratuitas.
Y están por resolverse otros temas propuestos por el Jefe del Ejecutivo, y ya va quedando claro que sin operación, no habrá iniciativa que pase. Y él, en cumplimiento estricto a su palabra, deberá respetar la decisión de los legisladores cuando le digan que no.
Así es esto de la democracia.
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Epílogo.
No hay que perder de vista a lo comentado el miércoles en el portal 24 Horas, en su sección de tips: “Desaire de Yunes. Y a propósito de mandatarios panistas, nos cuentan que quien anda con ansias de novillero es el veracruzano Miguel Ángel Yunes. Un día aparece regalando dinero en las protestas, otro se agarra a periodicazos con AMLO y uno más la emprende contra su antecesor. Pero como dicen en el pueblo: “Cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde”. Y si no lo creen, que le pregunten a Rafael Moreno Valle, a quien Yunes desairó en su VI Informe de Gobierno, olvidándose que el poblano fue de los que más le ayudó para que ganara la gubernatura de Veracruz. ¿Será?”. *** Una vez más el PRI y el PVEM irán en alianza en el proceso municipal que se avecina, pero lo harán de forma parcial, no en todos los municipios. En Teocelo, por ejemplo, el expriista Antonio Gómez Anell dice estar listo para la contienda y ya ha recibido invitación por parte de los Verdes, aunque él ha puesto como condición no ir en alianza con el que fuera su partido durante muchos años, pero donde nunca tuvo el reconocimiento a su trabajo, el PRI. *** Han transcurrido ya más de cien días desde que desapareciera el entonces gobernador con licencia Javier Duarte. Ya hay orden de aprehensión en su contra, pero el gobierno federal ha sido especialmente torpe en las tareas de localización. El columnista de El Universal, Salvador García Soto, sugiere que Duarte de Ochoa tiene un “muy buen contacto” en las más altas esferas del poder, que le da el “pitazo” cuando están a punto de capturarlo, y permiten que huya antes de que eso suceda. Podría ser.
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