Esas palabras han caído con un balde de agua fría a todos los mexicanos, pero más a los inquilinos de Los Pinos. También dio un refilón al presidente Obama al decir: «México ha sacado provecho de una situación, pero no los responsabilizo por ello, la culpa es de nuestros gobernantes».
No hay de otra, Trump podría confiscar parte de las remesas que los migrantes mandan al país, como un impuesto especial para el muro. O condicionar, por no decir chantajear, a los productores de aguacate o a las empresas atuneras. Ni modo, éramos muchos y parió la abuela. De verdad que nos queda bien la frase que dijo Porfirio Díaz: «Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos».