Eso es lo que exige los que lideran el movimiento de la presa Yuribia, quienes amagan con cerrar la presa si el Gobierno del estado les sigue dando sus dos millones 500 mil pesos mensuales que les daba la anterior administración. No quieren obra, quieren dinero, porque el dinero es lo que mueve su egoísmo.
De la misma manera Fidencio Fernández, dirigente del Frente de Pueblos Indígenas de la Sierra de Soteapan, quien interrumpió el diálogo del gobernador con los diputados en el Congreso, quiere que le den el dos por ciento del presupuesto asignado para el estado de Veracruz. Sí, así como escuchó, el señor quiere dinero, mucho dinero. En el caso de Fidencio Fernández no es la primera vez que exige de esa manera. El año pasado, durante el gobierno de Javier Duarte, amenazó con «partirle la madre al gobierno» si no le daban lo que pedía. Al final algo le han de haber dado, pues no se supo que le partiera la madre a nadie. Ya sabe usted que estos lidercillos con un cañonazo de billetes se calma por un rato.