Ahora se sabe, por las revelaciones que hacen los guaruras del hoy prófugo, que Javier Duarte le daba duro a la vida loca, gastándose el dinero que no le pertenecía en frivolidades y en excesos junto a su depredadora consorte, cuyo límite era su propia imaginación; total, para eso tenía a la VXIII Legislatura que le aprobaba todas las cuentas a su espos, sin chistar y sin preguntar.
Si alguien tiene la culpa del desfalco, son precisamente los empinados diputados que se fueron al bote de la ignominia. Y es que, son cientos de cómplices que se pasean y regodean en los cafés y centros comerciales de la ciudad bajo un fuerte manto de impunidad.
Hoy los jubilados, maestros y empleados estatales, se encuentran por celebrar una amarga navidad, mientras, tenga usted por seguro, que Javier Duarte y su rapaz consorte, estarán celebrando con caviar y champagne Moët & Chandon mientras los maestros y jubilados no podrán ni comprarse una botella de sidra Copa de Oro, total, el Gobierno Federal los estará cuidando.