En Libertad bajo Palabra hicimos eco de lo que muchos maestros estaban pidiendo, que se quitara de la oficina de Recursos Humanos a la licenciada Tiburcio, a quien señalaban como un engranaje de la corrupción entre el sindicato de la Sección 32 y la Secretaría de Educación de Veracruz. Ya su jefe, el “negro” Ojeda, fue a buscar refugio en la Universidad Pedagógica Veracruzana. La licenciada Tiburcio, quien ya está en edad de jubilarse, a ver en qué lugar para.
Fue mucho daño lo que esta señora, durante casi 40 años, hizo a varios maestros que tenían todos los méritos para conseguir una mejor plaza. Pero ella siempre estuvo a las órdenes de Juan Nicolás Callejas, quien daba plazas de director o subdirector a todos sus incondicionales y familiares. Mientras que los maestros con vocación, los que sí realizaron un trabajo importante en sus comunidades y que esperaban un lugar más cercano al lugar donde vivían, la Tiburcio siempre les ponía trabas.
Pero se le acabó el jueguito, ya se puso a recoger sus cosas y el lunes deja la oficina. Estaría bien que las nuevas autoridades la investigaran minuciosamente; de dónde podría salir el negocio de la venta de plazas sino de la oficina de Recursos Humanos, y ella estuvo ahí a la orden de seis secretarios de Educación.
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