Durante la administración de Javier Duarte, las manifestaciones siempre estuvieron a la orden del día. Cuando no eran los 400 Pueblos liderados por César del Ángel, protestaban las huestes de Antonio Luna y los que nunca faltaban, Antorcha Campesina. El caos en las reducidas y maltrechas calles de Xalapa pasó a ser una molesta cotidianeidad. Como el gobernador y algunos miembros de su gabinete los consentían, éstos hacían y deshacían con el tránsito de la ciudad.
Sin embargo, con la nueva administración las cosas han cambiado. Desde el principio se dijo que no se permitiría el daño a terceros mediante la obstaculización del libre tránsito. Se comenta en los pasillos y los cafés que fue bien recibida y vista la acción por parte del Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares al liberar la avenida Lázaro Cárdenas.
La supuesta líder de la agrupación ARCO, Topacio Citlalli Hernández Ramírez, fue levantada en vilo literalmente por miembros de la policía del estado. El mensaje ha sido mandado: todo mundo tiene derecho a manifestarse, sin embargo, nadie pude violentar los derechos de los demás, aunque la manifestación sea justa. Cada quien en su lugar correspondiente.
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