Como si esto fuera poco, Topacio Citlalli se puso a cobrar peaje, sí, como lo oye usted, se puso a cobrar de 50 a 100 pesos por dejar pasar auto o autobús. Durante unas cuantas horas Topacio Citlalli fue la dueña de la avenida. Las autoridades se tardaron mucho tiempo para retirarla e ir por ella. Siete horas tuvo detenido el tráfico, originando una congestión de automóviles que pensamos ya no íbamos a ver en el gobierno de Yunes Linares.
Finalmente alrededor de las cinco de la tarde la policía se llevó a Topacio Citlalli acompañada de dos de sus ayudantes, acusados del delito de ataque a la vía de comunicación. Mientras varias mujeres policía la cargaban para llevarla a los separos, Topacio Citlalli le gritaba a Adolfo (¿Mota?). Al no ser auxiliada por el tal Adolfo, terminó encomendando su alma a Jesucristo. A ver si al rato no la dejan libre y la señora vuelve a tomar posesión de su avenida.