Los mismos trabajadores de la Secretaría de Educación los conocen bien. Son personas que usan la lisonja para que no los muevan de su puesto. Al menos en el nivel de Secundarias Generales la gran mayoría rendía pleitesía al sindicato en lugar de cumplir con sus responsabilidades.
Nombres como el de Tirso Arroyo, coordinador académico de la Dirección General de Educación Secundaria, quien daba preferencia a los miembros del Equipo Político, por ahí está también; Yolanda Rivera Córdoba, jefa del departamento Técnico Pedagógico, quien dicen las malas lenguas se benefició con la cafetería de la secundaria de Naolinco con un prestanombre de su hermana. Otra incondicional de Callejas es María Santiago, jefa de trámite y control de Secundarias Generales, esposa del líder sindical de los administrativos de la SEV, fiel peón del sindicato.
Y en los demás departamentos no cantan mal las rancheras, los jefes técnicos eran los pivotes para azuzar a la base trabajadora para que asistieran a los mítines sindicales; en el nivel de Secundarias Técnicas, el maestro Rubén Zúñiga, jefe del Técnico Pedagógico, fue impuesto por la Sección 32 del SNTE, en Telesecundarias la profesora Marilú Cano Zavaleta, junto con María de la Luz Gatica Toledo, secretaria del oscuro Pumarino, eran las principales promotoras del sindicalismo callejista.
Se espera que los subdirectores sean prudentes y no ser tan crédulos con estos personajes que fueron los operativos del callejismo, que tanto daño hicieron a la educación en el estado de Veracruz.