Una de las situaciones más penosas por las que pasa el ser humano es el despido laboral. Máxime si éste lleva años trabajando años para la empresa o la institución. Y es que una de las satisfacciones que se tienen en la vida es procurar y proveer para los suyos. La misma Biblia dice que el que no trabaje que no coma, y enfatiza que aquel que no provee, es peor que un hombre sin fe.
Sin embargo, durante el fidelato y el duartismo se desarrolló una especie parasitaria que fue solapada por las mismas autoridades. Eran principalmente familiares, amiguitas y compadres. Muchos cobraban onerosos sueldos sin trabajar. Hay casos que rayaron en el exceso, algunos cobraban en varias oficinas.
Su vida parasitaria dañó las finanzas públicas. Hoy, el gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, busca sanear y erradicar a estos sujetos. Sin embargo, no puede barrer parejo, necesita información confiable para que no se lesionen los derechos laborales de los que sí trabajan. No pueden pagar justos por pecadores.
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